martes, 27 de mayo de 2014

EL ESPEJO


Aplicar el método espejo a nuestra vida es una forma rápida y eficaz de conocernos a nosotros mismos. Es muy conocida la frase "ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio", que alude a la conveniencia de reconocer las faltas propias antes que condenar la de los demás.


Todo esto indica que continuamente proyectamos en los demás y vemos en ellos lo que nos gusta o disgusta de nosotros mimos. Cuando lo que vemos en los otros nos desagrada mucho, no aceptamos que nos digan que somos iguales, es más: nos encolerizamos, lo negamos con rotundidad.
 
Cuando reaccionamos de esta forma excesiva, podemos estar seguros de que lo que nos dicen es cierto. Lo que sucede es que ignoramos que si atacamos una posición del otro, se debe a que previamente la hemos condenado en nosotros mismos... De forma inconsciente, claro. De este modo, proyectamos al exterior dicha condena y el deseo de ocultar lo que creemos que es un defecto, insisto "lo que creemos" (porque no es más que una creencia), por eso nos alteramos cuando lo vemos en los demás.


El psicólogo Carl G. Jung nos dijo que siempre nos encontramos con nuestra sombra. Si somos conscientes de esto, podemos aprender muchísimo de nosotros mismos observando que nos gusta o disgusta de los demás.

Por ejemplo: "Odio que las personas me mientan, me cruzo constantemente con gente que miente... Y no entiendo cuál es el mensaje que me envía la vida" (podríamos pensar).
En primer lugar habría que preguntarse a uno mismo "¿Cómo me miento a mí mismo? Si reflexiono, me daré cuenta de que digo sí cuando pienso que no, voy a algún lugar cuando no quiero ir, en definitiva: ME MIENTO A MI MISMO.

 
Así que, hay que tener en cuenta que cada encuentro con alguien es un encuentro con uno mismo y que nosotros somos los únicos responsables de la percepción que tenemos de los demás... Y nunca olvidemos algo muy importante, cuando haces un juicio, no juzgas a la otra persona sino que te defines a ti mismo, te juzgas a ti.

lunes, 31 de marzo de 2014

EL ÚNICO PODER : LA DECISIÓN

El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo.   UCDM


Ante cualquier situación cotidiana, debemos ser conscientes de que todo lo que nos ocurre, llamémosle bueno o malo, está frente a nosotros para que hagamos una elección.
Cada instante de nuestra vida es el que determina el instante siguiente, es más: como no somos conscientes de nuestro poder, al final este determina nuestra vida y pensamos que es nuestro destino. Pero somos nosotros los que escribimos nuestro destino, y lo hacemos a cada instante. No somos víctimas de las circunstancias, pero hay programas procedentes del inconsciente  que actúan constantemente en nuestras vidas y nos hacen experimentar abandono y miedo, porque nos sentimos impotentes frente a lo que nos ocurre.
Entonces buscamos soluciones a nuestro alrededor, buscamos a alguien o algo que nos ayude nos refugiamos en la magia, consultamos las estrellas, recurrimos a remedios tecnológicos siempre buscando lo más avanzado. O rezamos, pidiendo que se nos dé el amor de nuestra vida, el hijo tan deseado, el trabajo tan esperado, la fortuna que parece que nunca llega.
No comprendemos que el poder esta en Nosotros.
 Siempre estamos pidiendo, suplicando y lo hacemos de muchísimas maneras. El ego tiene infinidad de formas  de buscar fuera de ti lo que crees que te falta.
No nos percatamos de que nuestros mayores miedos se hacen reales en nuestras vidas porque los alimentamos con nuestra atención y poder, del cual no somos conscientes.
El ego hace todo lo posible para que nuestra mente este siempre dividida. Para ello, utiliza la escala de valores que le permite confrontar dos creencias opuestas en nuestra mente para provocar lo que tanto anhela la Batalla. Nuestras creencias están siempre en lucha, es un batallar con nuestra mente consciente. Razonamos y justificamos nuestras acciones en relación con nuestras creencias y no vemos que hay creencias ocultas que hacen estragos en nuestra mente: nos hace perder la coherencia emocional lo que desencadenan síntomas físicos.

Enfermamos porque estamos continuamente batallando ya sea con nosotros mismos o contra nuestras proyecciones de los demás.
Actúa desde tu corazón y no desde la obligación del ego. Cuando tenemos algo muy claro, no hay pero que valga, sabemos que lo queremos y lo hacemos, no miramos hacia atrás, sino en nuestro corazón. Él nos guía a la hora de elegir y sabremos que es lo correcto porque sentiremos una paz que antes no sentíamos.



¿Realmente tenemos el Poder de Decidir?........